Reflexiones para tí.

El bebé que iba a ser partido

“Partan en dos al niño que está vivo, y denle una mitad a esta y la otra mitad a aquella”. 1 Reyes 3:25.

Las dos mujeres llegaron hasta el trono diciendo lo mismo: “El niño es mío”. Salomón manda partirlo al medio.

Una vez leí un comentario que me pareció muy interesante. El autor decía que esta historia se la puede leer desde varios puntos de vista. Por ejemplo: ver a Salomón como un representante de Dios. Él te acepta como eres, y te ofrece todo el tiempo que necesites para plantearle tus más profundos problemas.

Ninguna de las dos mujeres tenía nada para ofrecerle al rey; como tú y como yo. Pero él cuida de los mínimos detalles de tu vida. El interés de Dios por ti va mucho más allá de tu currículum y tu cuenta bancaria; supera tus límites sociales, familiares, académicos y económicos. Él se hace cargo de tu vida.

El mismo autor decía que, por otro lado, Salomón podría ser un representante del enemigo de Dios, que nos da como solución “partir el niño”. La idea es no entregarte por completo, solamente la mitad. La mitad del sábado, comúnmente hasta que termine el sermón; luego, la tarde es tuya. La oferta que el enemigo intenta que “compres” es que ofrezcas la mitad de tu vida en el altar.

Medio bebé no vale de nada; media entrega, tampoco. Medio bebé es igual a un bebé muerto; media salvación es igual a perdición eterna. La cuestión está en que el enemigo te intenta convencer de que medio bebé es suficiente. No necesitas dar lo mejor, con la mitad de tu esfuerzo en el trabajo es suficiente; con la mitad de tu fidelidad para con tu familia es bastante; con la mitad de tu adoración es aceptable. En la aritmética divina, la mitad es igual a nada. Tú sabes de eso.

Vivir “a la mitad” es el certificado de pobreza espiritual. Vivir “a la mitad” es el diploma de fracaso. Sabes que Dios no quiere eso para ti. Sabes que él hizo (hace y hará) todo para que tengas vida, y la tengas en abundancia. Menos que eso no deja conforme al Cielo, porque tú no fuiste creado para conformarte con mitades.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor






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